El camino hacia la “inmortalidad” digital y sus implicancias en el elearning, breve ensayo

La inteligencia artificial está transformando el eLearning, llevándonos hacia un futuro donde la educación trasciende las limitaciones biológicas. Imagina un mundo donde nuestras experiencias y conocimientos se preservan a través de clones digitales que pueden enseñar y comunicarse con futuras generaciones. ¿Qué pasaría si pudieras interactuar con un mentor digital que representa a un gran pensador del pasado? Este ensayo explora cómo la IA no solo personaliza el aprendizaje, sino que también abre la puerta a la inmortalidad digital, permitiéndonos dejar un legado educativo que perdure más allá de nuestra existencia. ¡Descubre cómo!
Inmortalidad digital
Inmortalidad digital

Desde hace unos años, la inteligencia artificial dejó de ser un concepto reservado para novelas de ciencia ficción o películas futuristas, es ya parte de nuestro día a día. Tenemos la irrupción de la llamada IA en muchos ámbitos de nuestro quehacer diario: en la educación, en la medicina, en los negocios y, tal vez y sin darnos cuenta, también en la manera en la que estamos construyendo nuestra propia identidad digital.

En esta nueva realidad, el eLearning ha sido uno de los rubros que más se ha beneficiado y, al mismo tiempo, uno de los que más promete evolucionar de la mano de la IA. Lo que comenzó como una solución para llevar la educación a más personas sin barreras geográficas, hoy se está convirtiendo en un ecosistema donde los algoritmos aprenden de nuestros procesos para ofrecer experiencias de enseñanza cada vez más personalizadas, dinámicas y eficaces.

Sin embargo, si nos detenemos a pensar profundamente en el rumbo que la IA está tomando, descubriremos que esta evolución va mucho más allá de la personalización de cursos o la automatización de tareas educativas, o en otros campos, va más allá de los Chats de inteligencia artificial, más allá de la increíble creación de imágenes y videos o clonación de voces. La inteligencia artificial está construyendo un puente hacia un futuro que, hasta hace poco, ni siquiera podíamos atrevernos a imaginar, otro modo de trascender: la inmortalidad digital.

La ia en el elearning que conocemos hoy

En la actualidad, muchos de los más modernos sistemas de e-learning integran líneas de programación y algoritmos que analizan datos de “comportamiento” para adaptar contenidos, recomendar recursos y evaluar tu progreso en tiempo real. Los profesores virtuales, alimentados por IA, responden preguntas, aclaran dudas y ofrecen acompañamiento a los estudiantes en cualquier momento, sin necesidad de que haya un profesor humano presente del otro lado. Esto abre un sinfín de posibilidades para hacer del elearning una experiencia más parecida a una clase presencial con un maestro en línea que puede ayudarte in situ a resolver tus dudas en cualquier momento del día, mejorando así la retención de conocimientos y enriqueciendo la experiencia del aprendizaje como no se había visto antes.

La IA es capaz de analizar el ritmo de aprendizaje de cada individuo, los intereses, así como los resultados de cada persona para diseñar experiencias formativas únicas y extremadamente personalizados. Nos encontramos ante un cambio de paradigma en el que el aprendizaje ya no es una experiencia uniforme, sino una vivencia única, diseñada por los algoritmos de la IA para responder a nuestros rendimiento, interés, fortalezas y debilidades.

El futuro: de la personalización a la inmortalidad digital

Cada uno de nosotros casi sin darnos cuenta, a medida que interactuamos en redes sociales, eligiendo uno u otro video en alguna aplicación de streaming, realizando llamadas virtuales, navegando y haciendo algunas compras en el e-commerce, o simplemente compartimos pensamientos, fotografías y emociones en múltiples plataformas, no sólo estamos dejando una huella digital cada vez más rica y profunda, sino también estamos ayudando a levantar interminables Gigas de información. Esa información, aparentemente dispersa, está siendo recopilada, analizada y utilizada para construir perfiles cada vez más precisos sobre quiénes somos, cómo pensamos, cómo sentimos e incluso cómo nos expresamos.

Si hoy la IA es capaz de responder preguntas por nosotros, recomendar contenidos o predecir lo que queremos aprender, ¿por qué no ir más allá y pensar en lo que podría lograrse con los grandes avances en las redes neuronales artificiales? Algoritmos que operan dentro de nodos y capas de procesamiento cada vez más complejos, sumados a la velocidad que pueden alcanzar los procesadores cuánticos, nos colocan a un paso de conseguir réplicas exactas de nuestro modo de pensar, de razonar. Réplicas digitales de nuestros procesos mentales biológicos, capaces de reproducir aquello que nos hace ser quienes somos: nuestra conciencia.

Esta interpretación digital de nuestra “programación interna” de lo que  nos hace ser lo que somos, de nuestra individualidad, sumado a otros avances en IA como por ejemplo la clonación de voz, nos hace pensar que estamos cerca de lograr un “clon digital” que no solo imitaría nuestro tono de voz, sino que hablaría como nosotros, razonaría como nosotros y sería capaz de tomar decisiones tal y como las tomaríamos nosotros, una IA única y propia creada a partir de la información personal registrada durante años de transito por el mundo digital.

Esto nos lleva a imaginar un escenario en el que, gracias a la inteligencia artificial, existiría una versión digital de nosotros mismos, con la capacidad de comunicarse exactamente como lo podríamos hacer ahora (ya sea por un chatbot o hablando) sin que nuestros interlocutores puedan notar la diferencia, capaces además de seguir aprendiendo, enseñando y comunicándose con las futuras generaciones. Clones digitales que podrían transmitir nuestra experiencia y sabiduría sin las limitaciones del tiempo o del espacio. Así, la educación podría extenderse más allá de la vida física. Lo que hemos aprendido y enseñado no desaparecería con nosotros, sino que podría permanecer disponible para siempre e incluso nuestros clones digitales seguirían aprendiendo y poniendo a prueba nuestros conocimientos contrastándolos con nuevos descubrimientos.

La IA y la verdadera inmortalidad

La idea de la inmortalidad biológica actualmente está negada por la ciencia, pero la inmortalidad digital no es solo una fantasía; es un destino que, poco a poco, estamos construyendo. La inteligencia artificial se convierte en el guardián de nuestro conocimiento, la depositaria de nuestras vivencias y aprendizajes, y la encargada de preservarlos para la posteridad.

En el campo del eLearning, esto podría significar la existencia de mentores digitales que representen a grandes pensadores, expertos en diferentes áreas e incluso a nosotros mismos. Imaginemos un futuro en el que un estudiante pueda recibir clases personalizadas de un médico, un artista o un ingeniero conocido que vivió hace décadas o siglos antes y conversar con él pese a estar ya fallecido. O un entorno donde nuestros propios aprendizajes y reflexiones, recogidos durante toda una vida, sirvan de guía a nuestros descendientes o a personas de cualquier lugar del mundo, comunicados por nuestro “yo digital” que nunca morirá y que se expresará exactamente como nosotros cuando estábamos vivos.

En este punto quiero reforzar que estas inteligencias artificiales no solo repetirían contenidos; evolucionarían, aprenderían de nuevas interacciones y actualizarían sus conocimientos, continuando así nuestra “vida” en el mundo digital pese a nuestra ausencia física, construyendo cada día una versión mejorada y actualizada de lo que alguna vez fuimos.

Un legado que trasciende el tiempo

Lo que estamos empezando a comprender es que el eLearning del futuro no solo estará centrado en transmitir conocimientos, sino en perpetuar identidades. La inteligencia artificial abre la posibilidad de que construyamos un legado educativo que trascienda nuestra propia existencia, permitiéndonos enseñar y guiar incluso cuando ya no estemos aquí.

Este horizonte plantea preguntas profundas: ¿Qué responsabilidad tenemos sobre el conocimiento que compartimos hoy? ¿Qué tipo de huella queremos dejar cuando nuestro yo digital pueda seguir enseñando en nuestro nombre? ¿Estamos preparados para convivir con nuestras propias réplicas virtuales o con las de aquellos a quienes admiramos? ¿Estamos dispuestos a aceptar que un ser querido que ya no está biológicamente, siga existiendo y comunicándose en el mundo virtual?

A modo de conclusión

Mientras imaginamos estos futuros posibles, la realidad es que estamos sentando las bases de esa transformación en el presente. El eLearning y la inteligencia artificial ya están cambiando la forma en que aprendemos y enseñamos. Tenemos al alcance de la mano plataformas inteligentes, asistentes virtuales y experiencias educativas que nos permiten personalizar el conocimiento como nunca antes.

Aprovechar estas herramientas no es solo una cuestión de innovación, sino de visión. La forma en que integremos hoy la IA en el eLearning determinará el tipo de futuro educativo que construiremos para las próximas generaciones. Un futuro donde el conocimiento, la experiencia y el legado de cada persona puedan ser eternos, literalmente.

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